Take Out / 11-07 |
· Parto de esta imagen: en el AC reverbera el presente. No hay “novedad” sino “actualidad”: la actualidad de la cita que no pretende ser original sino replantear, reconfigurar otra vez el planteo de un problema. Tomo la metáfora de la reverberancia porque al mismo tiempo que supone la refracción (el reflejo distorsionado de un objeto) conlleva también la idea de repetición. La OPPS estaría formada por una serie de esbozos que ensayan, condensan de mejor o peor manera, una y otra vez, un planteo de índole estética, o estético-política. Estos planteos se circunscriben a un repertorio de cuestionamientos definidos por lo que se considera “actual”. Distinguir quién determina este repertorio de temas, quién configura las preguntas, esto es: quién imparte el sentido y dirección a las búsquedas contemporáneas (curadores; instituciones; redes de artistas o críticos pares, organizados en una “formación”, etc.) es una condición necesaria para evitar la réplica automática de un estado de cosas.
· La primera impresión, cuando trato de describir al AC es la incertidumbre. Supongo que es porque reflexionar sobre lo inmediato es un ejercicio ubicuo: la propia mirada no encuentra la distancia suficiente desde donde trazar una perspectiva. Sin embargo, creo también que esta desorientación es provocada por los efectos de teorías que nos sitúan en la pos historia. ¿Hasta qué punto es cierta y útil esta perspectiva? ¿Qué significa mi propia experiencia, comprendida en un sentido amplio como mi OPPS, si no se enclava en una trama de sentido (vital) que me articula con los demás, y desde la cual asumo un posicionamiento frente a un estado de cosas? ¿Desde dónde se podría entonces desarrollar una acción creativa, es decir, crítica?¿Cuál sería la dimensión ética de mi OPPS en la pos historia? ¿Puede existir el AC en la pos historia? Tengo la sensación que desde esta perspectiva, el AC sería un residuo (y pienso en el trash) o un souvenir legado de las vanguardias (con sus variaciones: melancólica, sarcástica). Las configuraciones que adoptamos para definir el presente no son inocentes, cada una tiene consecuencias éticas, políticas.
· Lo contrahegemónico estaría dado en mi OPPS a partir de la vinculación con pares, generando redes horizontales de legitimación simbólica. Creo que la única forma de disputarle el sentido a la hegemonía (mainstream de las instituciones, industria cultural) es avanzar en “formación” (en el sentido que lo define Raymond Williams, como formas de autoorganización que posibilitan modos de actuar ligados a la institución, pero no determinados por ella). Es decir, centro el objetivo de la dinámica en la negociación que ocurre dentro / fuera de las instituciones.
María Cecilia Guerra Lage
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